lunes, 8 de noviembre de 2010

Su muerte


El 20 de junio de 1820 a las 7 de la mañana, Manuel Belgrano murió en Buenos Aires, en la misma casa donde había nacido.

El 10 de septiembre de 1819 se había despedido para siempre de la jefatura del Ejército del Norte con estas palabras: “Me es sensible separarme de vuestra compañía, porque estoy persuadido de que la muerte me sería menos dolorosa, auxiliado de vosotros, recibiendo últimos adioses de la amistad. Pero es preciso vencer a los males, y volver a vencer con vosotros a los enemigos de la patria que por todas partes amenazan”.
Un día antes de morir y deseando cumplir con todos los que lo habían ayudado, entregó su reloj al doctor Joseph Redhead expresando: “Es todo cuanto tengo que dar a este hombre bueno y generoso”.  Antes de expirar habría dicho: “¡Ay, patria mía!”. Por falta de recursos su lápida fue hecha con el mármol de una cómoda de su mobiliario.

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