lunes, 8 de noviembre de 2010

“Lo que importa son los ojos con que miremos nuestra Bandera.
Ojos del alma de raíces de la tierra.
Ojos que buscan el celeste y blanco de un cielo posible, en el que esta aquello que queremos ser.
Esta es la historia de mi búsqueda”.
 

Acróstico


    

MANUEL BELGRANO


Textos resumidos por los alumnos del libro “Manuel  Belgrano”   Historia Tomo VI de la Nueva Biblioteca Didáctica de la Argentina. Ed. Billiken  2008

Primeros años

Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano nació en Buenos Aires el 3 de junio de 1770. Era hijo del italiano Domingo Francisco María Cayetano Belgrano Peri y de la criolla Josefa González Casero.

Cursó sus primeros estudios con los padres dominicos y los continuó en el Real Colegio de San Carlos, que era el único establecimiento secundario de aquella época.
Su padre, le proporcionó la enseñanza de las primeras letras, la gramática latina, filosofía y algo de teología en el mismo Buenos Aires…”.
Tuvo 15 hermanos, 8 varones y 7 mujeres.

Funciones


Fue funcionario, hombre de gobierno, militar y diplomático; se destacó como economista, educador, político y periodista. Era rico y murió pobre, a los 50 años, en Buenos Aires, donde había nacido.

Sus estudios

Viajó a España en 1786 para estudiar en las Universidades de Salamanca y luego en la de Valladolid, donde se graduó de abogado. Volvió a Bs. As. En 1794.
En 1790 se convirtió en presidente de la academia de Derecho Romano, Política Forense y Economía Política de la Universidad de Salamanca.
Fue autorizado por el Papa Pío VI para leer “Libros prohibidos”.

El Consulado de Buenos Aires

Esta institución fue creada bajo el reinado de Carlos IV y  mientras en el Río  de la Plata era virrey Nicolás de Arredondo.

Plano de la Ciudad de Buenos Aires de fines del Siglo XVIII . La apertura del comercio y su condición de capital del Virreinato aceleraron el desarrollo de la ciudad. Su población pasó de 23.000 personas en 1770 a 32.000 en 1778
               
           El Consulado de Buenos Aires tenía como funciones primordiales  administrar la entrada y salida de mercaderías del puerto.
           Contaba con un secretario, un tribunal de comercio y una junta de gobierno. Los funcionarios eran elegidos cada dos años. Los debates internos surgían cada vez que los comerciantes reaccionaban en defensa de sus intereses: sobre todo los que explotaban la ganadería, otros embarcados en la competencia, la creación de saladeros y el comercio esclavista. El secretario debía arbitrar y  después consultar sus decisiones con el virrey y en ocasiones hasta con la Real Audiencia.
            Uno de los proyectos de Belgrano fue la creación de las escuelas de Náutica y de Dibujo, abiertas en 1799.
           La de Dibujo funcionó hasta 1802, cuando fue cerrada debido a la oposición de los comerciantes, del virrey y hasta de la Corona, que la consideraba  “un mero lujo”
      
Periodismo

El primer número  de Correo de Comercio apareció el 3 de marzo de  1810 y dejó de salir el 6 de abril de 1811. La edición completa se compone de un prospecto.  Los artículos de Belgrano  trataban de  economía y de política, cuidando de no irritar al virrey Cisneros, aunque sin dejar pasar la oportunidad de expresar a sus verdaderas convicciones y la necesidad de un cambio en la colonia.
En uno de sus escritorios se refirió a la libertad de prensa.
           En otro, hizo un llamado a los labradores, artistas y comerciantes. Otra de las escuelas abiertas por Belgrano en  el edificio del Consulado fue la de comercio.
            El proyecto era que en ella se enseñase aritmética, teneduría de libros, principios de cambio, reglas de navegación, leyes y costumbres mercantiles, geografía y estadística comercial.
Una de ellas iba a estar dedicada a la enseñanza de ambos sexos, otra a dictar clases de agricultura para labradores y otras iban a ser de enseñanza gratuitas “para los hijos de los infelices, donde se les podría dictar buenas máximas e inspirarles amor al trabajo, pues en un pueblo donde reine la, ociosidad, decae el comercio y toma su lugar la miseria”, escribió en sus memorias. 

Protagonistas de Mayo

         “Apareció una Junta, de la que yo era vocal, sin saber cómo ni por dónde, en que no  tuve poco sentimiento.
         Era preciso corresponder a la confianza del pueblo.”

            La modestia de estos párrafos no expresa la realidad del momento, porque el entonces secretario del Consulado había sido uno de los grandes protagonistas de la semana de Mayo y uno de los más decididos en pedir la renuncia del virrey.
            Ya designado vocal, Belgrano cumplió diversas tareas. Una de ellas  fue la redacción del Plan de Operaciones, documento secreto que señalaba los pasos futuros  a dar para que quedase asegurado  el camino  hacia la independencia.
           Un solo ejemplo basta para demostrarlo: fue uno de los  tres miembros de la Junta que rehusaron cobrar sueldo alguno por su función. Los otros dos fueron los españoles Juan Larrea y Domingo Matheu.
              Una  de las   primeras medidas que impulsó en la Junta fue la creación  de la academia de Matemáticas, que comenzó a funcionar en el edificio del Consulado y tenía  por objeto instruir   a los militares. Por supuesto, Belgrano fue designado como su protector.